Días de calor y muy pocas opciones musicales son mejores que revalorizar viejas glorias que siempre vuelven. Más si hablamos de un éxito de fines de los 90, que en su momnto era un rescate de músicos perdidos de los 60.
Estoy hablando del proyecto conjunto de Ry Cooder junto con su hijo de rescatar de la nada misma a la legendaria banda cubana Buena Vista Social Club. Los músicos llegaron a la isla en 1996 en un proyecto por hacer música conjuntamente con una banda africana que nunca llegó. Antes de abortar el proyecto decidió Cooder escuchar qué era lo que Cuba tenía para ofrecerle por sí sola. Grande fue su sorpresa cuandodescubrió que los músicos que se presentaron eran en su mayoría sus heroes de los 70. Gente sencilla y de saber profundo.
Pasión por la música que no se traduce en desborde, sino en armonía. Se grabó el dico hmónimo y luego, dos años más tarde, el cineasta Win Wenders (de quien Cooder hizo sus soundtracks como la tan conocida Paris, Texas) decidió filmar el documental que daría testimonio de esas personas y de una forma de vida (la cubana) pronta a extinguirse.
desde hace algunos meses se puede conseguir en Buenos Aires una reedición del disco Buena Vista Social Club y la grabación del recital de la banda en Vivo en el Carniage Hall.
Opción más que recomendable s se queire comprar un disco que nos haga más amena la vida y de paso nos de una lección de vida.
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