He buscado y rebuscado algún parangón en el saber popular para ejemplificar el fenómeno más importante del mercado editorial de los últimos años: que Goliat fue vencido por una piedra; que la pluma es más poderosa que la espada; y tantos otros decires. Tal vez me quede con aquel decir que reza que lo bueno suele venir en envase chico. Los libros en formato pocket solidificaron su presencia en las editoriales al punto de haberse convertido en la médula espinal de ellas, desplazando a grandes volúmenes en ediciones lujosas o encuadernados en tapas duras.
El fenómeno no es casual, ya que los tiempos cambiaron en realción a pocas décadas atras. El posmodernismo exige que las personas pasen más tiempo afuera de sus casas, viajando constantemente y adecuando sus comidas a espacios públicos y listos para ser reocupados apenas termine el turno de quienes ocupan lugares. Inclusive los diarios y cadenas de noticias que nos informan lo que ocurre priorizan las fotos y los flashes rápidos, antes del desarrollo de la nota. Si una palabra debe encuadrar los años en los que vivimos, esa palabra es celeridad. Lejos de la visión de varios Apocalípticos, que creen que se acerca la muerte del libro por la incomodidad de transportarlos o por la aparición del tan promocionado e-book, el libro goza de excelente salud.
Ha sabido adaptarse a la modernidad y a la posmodernidad, y esto se debe a que es una falacia aquella que dice que es incómodo e inútil u obsoleto. El formato pocket, que para 2007 ya representaba el 20% de las ventas de las editoriales, se adapta a los viajes y es flexible. La calidad del contenido... bueno, eso depende del gusto del lector. Los pocket además gozan de la ventaja de ser económicos por estar impresos en hojas de menor calidad. En algunos casos, los libros solo se encuentran en ese formato.
Recientemente Lumen publicó un libro co-escrito por Umberto Eco y el crítico literario Claude Carièrre titulado Nadie acabará con los libros. En él el semiólogo afirma con seguridad que las nuevas tecnologías no hacen temblar a la invención de Gutemberg. Dijo que escuchó los platillos que anunciaban la invención del e-book como el invento más importante desde la imprenta y ya varios veían en final de las editoriales. Pero en la era de las novedades, remarca lúcido Eco, las nuevas tecnologías solo sirven para quedar obsoletas: Cine, VCR, DVD, BlueRay. Todos tiene fecha de vencimiento, pero el libro supo adaptarse a través de los siglos, y las editorials mutan, se achican, se expanden, pero no mueren.
el libro pocket es gigante, tal vez a causa de todas las positivas cosas pequeñas que tiene: pequeño tamaño y pequeño precio. Suena a una contradicción de términos, pero en estos tiempos goza de toda lógica.
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