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viernes, 10 de septiembre de 2010

Harry el Sucio o la ley del Oeste en San Francisco


Un clásico para el fin de semana: Clint Eastwood es Harry El Sucio (http://www.imdb.com/title/tt0066999/).La película muestra una de las obsesiones más repetidas en la Filmografía de Eastwood: la ley y el orden estadounidense ejercidos a través de las armas.

En San Francisco, a principios de la década de 1970, ha aparecido un asesino serial, Scorpio, quien con solo un rifle y buena puntería ha jaqueado a las autoridades. El caso, demasiado turbio, recae en Harry, quien es un justiciero duro y violento. Cualquier similitud con los pistoleros del western que representó Eastwood no es pura coincidencia. Harry logra atrapar a Scorpio, pero violando todas las leyes. Ante esto el justiciero queda criminalizado y el criminal queda en libertad y absuelto de todo cargo. Pero que la ley considere al asesino inocente no significa que lo sea. Harry lo sabe, así como también que no puede impartir justicia sin violar la ley.

Entonces la película plantea dos formas justicia: siguiendo la ley, o al margen de ella. Harry sabe qué es la justicia en su sentido más primitivo: es proteger a los ciudadanos contra el mal en todas sus formas. Pero pronto se le plantea una disyuntiva: ¿se puede ser justo sin ser un marginal de la ley? Ante la urgencia deberá decidir si la justicia se debe hacer respetando la ley de su ciudad (que equivale a decir, la de estados Unidos) o a su modo.

Su seudónimo ambiguo dice mucho de él, pero mejor no adelantar más. Solo baste recordar que, para los cinéfilos atentos, se verán muchas similitudes con A la hora señalada, de Fred Zinnemann protagonizada por Gary Cooper. Ambas películas fueron filmadas en momentos claves de la historia de Norteamérica: A la hora señalada (http://www.imdb.com/title/tt0044706/), fuertemente influenciada como una protesta contra el macarthysmo; Harry El Sucio, cuando el país ya no podía tapar el pantano de Vietnam con solo discursos que apelen a los valores de la América profunda. En ambos casos un justiciero, uno de los “buenos”, fue obligado a actuar como un marginal para devolver el orden a las calles.

Este breve análisis dista de ser completo, por lo que los aliento a alquilar o comprar ambas películas y debatir sobre estos y más tópicos que surjan. No hay excusas ya que las dos fueron editadas en Argentina y no es dificil encontrar copias. ¡Feliz fin de semana!

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